Aníbal Lector, pastor de ovejas de los valles cruceños.
Dictada la cuarentena total clamada por sectores solidarios para la contención del flagelo chino conocido como coronavirus, el gobierno central desde palacio quemado preparó palomas mensajeras que raudas y blancas viajaron por lo ancho y largo de país, portando en sus patitas el siguiente mensaje: “Pues el señor pasará para herir a los salvajes; y cuando vea la sangre de cordero en el dintel pasará de largo aquella puerta y no pemitirá que el ángel destructor entre en vuestros pahuichis para herirles”.
Cansada llegó una palomita a mi puerta y le grité: “¡Never more!”, pero me acordé que eso se le grita a los cuervos (¿entienden la referencia a Allan Poe? ¡Já! ¿No? Perdón, paso mucho tiempo solo aquí, soy pastor de ovejas). Leí el papelito y rápidamente me toqué el shofar.
La respuestas fue inmediata y los corderos, corderas y corderes se reunieron a mi alrededor y les expliqué lo que iba a pasar. Todes respondieron con claridad: “Beee Beee”.
Pd. Esperamos sinceramente que como productores de ganado ovino recibamos un bono de sacrificio porque nos vamos a quedar sin corderitos, hasta incluso, algunos, sin pareja.
NOTA.
Cabestros es el primer diario digital satírico de Bolivia. No es financiado por ninguna organización política... aún. Tratamos de ser equitativos en nuestro desprecio por la clase política.
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